La gran pausa a la que nos vimos llamados durante el año 2020 activó los sensores del cuidado de una manera integral. Esta situación global obligó no sólo a mencionar el cuidado como sustantivo, pero como verbo.
Está claro que la urgencia por el cuidado no es algo que sólo incluye a los hospitales, padres, cuidadores o enfermos. El cuidado ha adquirido un nuevo estatus en la esfera pública y privada, en la política, en la academia, en las corporaciones, en el ambiente y en el arte.
Hoy existe en Kampala un espacio para celebrar el cuidado desde las artes, la cultura, los oficios y las acciones comunitarias. Desde su presentación física hasta los programas que atesora, la nueva sede de 32° East | Ugandan Arts Trust es una representación clara de la búsqueda por respuestas a las inquietudes contemporáneas, no sólo a las artísticas, pero a las sociales y políticas. El edificio, la programación y la comunidad alrededor de este proyecto tienen algo en común, están al cuidado de lo que pregona: el arte y el pensamiento crítico como bandera.

La tierra que es fértil
Ya había abierto las puertas antes, pero en marzo de 2023 lo volvió a hacer: 32° East, un espacio para el cultivo de las practicas artísticas contemporáneas en Uganda, inauguró la primera etapa de su nueva sede.
El edificio es un ser vivo: está construido con la misma tierra que rodea los demás espacios de la propiedad. El diseño estuvo a cargo de la firma inglesa New Makers Bureau y la construcción de Local Works una compañía de arquitectos basada en Uganda liderada por Felix Holland quien compartió sus reflexiones sobre el proceso de construcción de la obra.
Numerosas reuniones por Zoom, muchas conversaciones que cuestionaron las bases técnicas de la primera versión del diseño, y un acompañamiento constante a todas las preguntas, miedos, aciertos y aprendizajes de la triada -diseñadores – cliente – constructores- permitió que el proyecto saliera a flote.
«Lo más fácil de construir este proyecto fue la relación con el cliente. Los clientes pueden ser bastante difíciles, pero 32° East fue una experiencia fantástica de principio a fin en todos los aspectos. La voluntad de colaborar, de sufrir juntos, de no señalarnos unos a otros, culparnos o algo así. En realidad, resolvimos problemas, lideramos juntos, aceptamos los retrasos, comprendimos los problemas que pasamos…»
Los artistas necesitan espacios seguros para crear y para poder pensar, espacios de encuentro que contengan sus procesos de creación y donde la experimentación tenga lugar.
El ecosistema artístico en Uganda crece no solo en artistas exploradores de nuevas narrativas y materiales, también en audiencias curiosas por descubrir nuevas formas de existir y relacionarse con las tendencias que muestran estos visionarios.
«No quiero que la gente piense que es una especie de búnker de hormigón que estará ahí para siempre. Los edificios para el arte necesitan cuidados, son frágiles, si no hacemos nada con este edificio, si no lo cuidamos, se desintegrará, porque hemos utilizado materiales naturales». Con esto Holland no solo se refiere a remover las hojas que caen al techo del árbol que todo el personal hizo bien en mantener en la parte trasera de la obra o de la agenda de limpieza, a cargo de tres trabajadores, que mantiene al edificio limpio. No solo se refiere a cuidar el agua en los alrededores y las piedras que sirvieron de soporte: el cuidado aquí no solo se refiere al cuidar de pero al cuidar con.
«La razón principal por la que utilizamos tierra es porque queremos encontrar formas de construir que no sean perjudiciales para el planeta. Esa es la razón número uno, dos y tres por la que estamos haciendo esto. Y coincidía con la idea de 32° Este. No sólo querían construir un gran edificio para artistas, sino también un modelo de construcción sostenible: adecuado y adaptado a Uganda. Se puede construir de muchas maneras en muchas partes del mundo, pero nosotros queríamos utilizar los materiales que teníamos y queríamos llegar lo más lejos posible.
Es difícil trabajar con tierra y crear una estructura muy ligera, naturalmente va a ser pesada, pero volviendo a esta idea de trazar para crear una rejilla protectora, salvar el cielo, y un entorno que te permita ser libre funcionó muy bien. La tierra era la respuesta correcta.»
La arquitectura del lugar no limita al visitante y en cambio invita a adentrarse y conocer. Sin duda alguna, la sola presencia del edificio obliga a alzar la mirada y observar.
Aunque la fase I no permite percibir la totalidad del proyecto, hoy está claro que la puesta arquitectónica desde el diseño hasta la elección de materiales y el proceso de construcción responde a las necesidades de la industria constructora en el mundo y particularmente en Uganda.
Un edificio que en su construcción cuidó del medio ambiente reduciendo su impacto en las emisiones de carbono y que cuestionó la importación de materias primas desde otras latitudes, permitió el aprendizaje en uso de materiales locales, el reaprendizaje de la artesanía del barro, y entrenó a constructores para que comprendan que lo local tiene valor, es apropiado y debe ser reclamado como una forma de hacer las cosas en su país. En su propio hogar.

El arte que es político
Hay dos componentes que sostienen la esencia de este espacio cultural: la programación y el púbico.
Durante la apertura de la nueva etapa cinco artistas estuvieron participando en el programa de residencias, una de ellas fue Birungi Kawooya una ugandesa-británica que viajó al país por 6 meses para hacer una exploración artística a través del collage con elementos locales y reclamar así esa parte ugandesa que entreteje su historia.
El trabajo de Kawooya es sobre vulnerabilidad y cuidado. La artista reflexiona sobre la necesidad del descanso como acción activa que posibilita la cooperación y rompe con el legado productivista que el capitalismo tiene como bandera.
Su práctica cuenta su historia y alza la voz sobre las diversas formas de ser ugandés “No existe sólo una forma de ser ugandesa” dice Birungi, enfocándose en la escucha y la meditación como acciones activas y necesarias para el conocimiento de propio.
A través del trabajo realizado en la residencia en 32° East ella logró construir una narrativa sobre su propia historia, reencontrándose con los cimientos de las creencias más profundas en su familia: valores patriarcales, supremacía blanca, clasismo, culpa y prejuicios. La artista encontró en esta residencia una forma de reclamar su parte ugandesa y de explorar el arte como una herramienta para alzar la voz y permitir conversaciones necesarias.
El legado de estos materiales le permitió abrazar las múltiples formas de su identidad y sostener con compasión y empatía las preguntas que aún habitan en su corazón.
La instalación que la artista creó durante su residencia fue un espacio que invitaba a sentir las fribras naturales del lubugo (tejidos de corteza orgánica), las ensansa (hojas de palma) y las ebyaayi (fibras del árbol de banana) también invitaba a meditar y encontrar paz en la presencia plena del momento que se habitaba. La artista exploró y aprendió sobre las técnicas tejido y cestería, convirtiendo estas tradiciones en el lenguaje en que mejor pudo expresar sus inquietudes sobre cuidado en su práctica artística.
Una transformación personal de este tipo, guiada por un espacio artístico sólo es posible cuando existen condiciones de seguridad emocional que permiten y animan a la vulnerabilidad y la reflexión profunda. En las instalaciones de 32° East Birungi pudo comprender que su quehacer como artista no sólo consiste en la capacidad técnica de convertir materiales en piezas únicas, sino en la posibilidad de crear universos narrativos que transforman y cuestionan profundamente los esquemas de las relaciones humanas.
«32° Este es un hogar que amplifica las esperanzas y los sueños. Es una institución viva» Ella dijo. «El arte no es sólo para mí. Me encanta que la gente descubra por sí misma cómo es, pensando en lo importante que es.»
El cuidado debe abogar por el cultivo de la diversidad, por la riqueza de las múltiples formas de estar en el universo. Así entonces, que una ciudad como Kampala se cuestione, reflexione y actúe en un espacio abierto para el cuidado, demuestra que es urgente reconstruir nuevas formas de vincularnos con las personas alrededor, pero también con las dinámicas familiares, políticas, culturales y ecológicas. La conciencia y responsabilidad en las relaciones interdisciplinarias será lo único que potencie la esencia y bienestar del ser humano.
Breathe in,
slowly lay,
sit and rest with me.
Reflect on your past
be still in the present and
imagine your future
protect your dream space.
Inspira,
túmbate lentamente,
siéntate y descansa conmigo.
Reflexiona sobre tu pasado
quédate quieto en el presente e
imagina tu futuro
protege el espacio de tus sueños.
Space for rest installation by Birungi Kawooya, 2023.
La comunidad que es la mejor moneda
Durante la semana de inauguración de la primera fase de la nueva sede, una variada agenda con múltiples voces fue protagonista. La premisa “Community is a currency” -la comunidad es la mejor moneda- se repitió varias veces.
Desde voluntarios haciendo de cuidadores y guías del nuevo espacio, artistas acompañando y compartiendo su quehacer, visitantes de diferentes latitudes hasta curiosos vecinos alzando la mirada ante semejante nueva dinámica en el barrio Kabalagala, pudieron ser parte del acontecimiento.
Y es que esta nueva sede es un organismo vivo con dinámicas fluidas y roles orgánicos que se transforman constantemente.
A la fecha, junio de 2023, este edificio ha cohabitado por cinco meses con la comunidad alrededor: nuevos artistas en residencia, nuevos empleados y voluntarios, proyectos que inician y se transforman, y un grupo de personas que se congregan cada mes en la reunión de la membresía – Member’s Meet Up, activa desde 2012- que sirve como espacio para expandir ideas, hacer preguntas, iniciar proyectos y compartir noticias, lecturas, motivaciones, miedos y oportunidades.
«La industria artística en Uganda está creciendo, están surgiendo muchos artistas y hacer carrera no es fácil. Como artista, si vienes a un lugar como 32° East, que cuenta con una biblioteca, residencias y gente dispuesta a hablar de tu trabajo, al menos conocerás mejores formas de desarrollarte y tener éxito». Mencionó Brogan Mwesigwa, artista ugandés enfocado en la documentación social a través de la creación de portarretratos hecho con materiales reciclables y carbón. Él se vinculó recientemente a la comunidad y resalta con entusiasmo las oportunidades que el espacio le ha brindado y las ideas que tiene para futuros proyectos.

Brogan Mwesigwa, artista ugandés en 32°
Además de las salas para residencias, oficinas, una tienda del proyecto textil Ugandés Aiduke y una librería en crecimiento, este ecosistema comparte también una cocina, un jardín y espacios abiertos para que la comunidad pueda venir a trabajar e incluso ser parte de los programas que se gestan internamente y ganar dinero.
El espacio, nuevo en su arquitectura y un poco más sólido en historia, aún tiene retos por delante. La permanencia no sólo desde una perspectiva económica que le permita sostener programas y construir la segunda fase, sino en su influencia en la política y en las decisiones practicas del día en día de la comunidad en la que se encuentra y a la que impacta. Ser un lugar para el cuidado le exige eso, cuidar de su coherencia y prestar a tención a las transformaciones constantes del circuito artístico del país y la región.
«El cuidado universal significa que el cuidado -en todas sus diversas manifestaciones- es nuestra prioridad no sólo en la esfera doméstica, sino en todas las esferas: desde nuestros grupos de parentesco y comunidades hasta nuestro Estado y planeta. Priorizar y trabajar por un sentido del cuidado universal -y hacer que sea de sentido común- es necesario para cultivar una política del cuidado, unas vidas plenas y un mundo sostenible.» Collective, C. (2020).
La premisa del cuido en todas las esferas se puede percibir en32° East, no es sólo una responsabilidad de la dirección, la administración o las artistas que lo habitan. Debe ser una construcción cotidiana, consentida, animada y procurada por los diversos públicos que llegan al lugar y que son los que mantendrán la esencia del espacio en constante evolución y armonía.
Referencias:
Collective, C. (2020). The Care Manifesto: The Politics of Interdependence. Verso.
Zhang T. (2022). A manifesto for radical care or how to be a human in the arts. Sydney Review of Books.